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La revelación del Rey de la Guerra sobre la guerra y la paz, parte 4 de 7

2024-06-22
Lecture Language:English
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Oh, ya no me gustan los bancos. Los bancos me dan muchos problemas. A veces, hay mucha burocracia. […] No me dejan dar dinero a otros, mediante un cheque ni siquiera con tarjetas de crédito. […] Quería enviar algo de dinero, solo 40.000 dólares a un refugio de personas-animales que lo necesita. Ellos me lo prohibieron. Dijeron que no se me permite. Y si le pido a algunos de mis discípulos, que solían guardarme el dinero antes, que lo envíen a mi banco, entonces ellos (el banco) no me dejan sacarlo. Por ejemplo, si es de Singapur, ¡me dicen que Singapur es un país musulmán! ¡Oh Dios mío! ¿Qué clase de persona ignorante es esa? […]

Por cierto, hay algo que quiero decir a los miembros de mi equipo de Supreme Master Television: He notado que cada vez que elogio a alguien, o algún grupo por hacer algo bien, algo bueno, entonces, al día siguiente o los días siguientes ellos crean una situación caótica o algo malo – Quiero decir que no es la primera vez, era incluso antes de Supreme Master Television. No “malo” de hacer daño a alguien, sino que ya no es de buena calidad o me causan problemas haciendo alguna situación caótica. Así que, de ahora en adelante, ya no os voy a elogiar más, abiertamente o en privado. Quizá en privado, si es bueno. Si no, el ego es algo… un gran enemigo de todo el mundo. Cuando yo os alabo, no es que vuestra alma lo oiga o lo necesite - es el ego, la mente. Y la mente a menudo está hecha de ego. Solo están exagerando lo que dije en su mente. Y entonces ponen menos cuidado en lo que es importante, o el trabajo importante que se supone que tienen que realizar.

También os recuerdo que no necesitamos elogiar a las personas. No hay necesidad. No necesitamos todo eso. Cualquier cosa que hagamos bien, cualquier cosa que realicemos perfectamente en el trabajo que se nos asigna o nuestro propio proyecto, es lo normal que hay que hacer. No necesitamos ninguna alabanza, ningunas felicitaciones ni nada de eso. Yo no lo necesito tampoco. Y podéis ver que minimizo siempre que podemos todas estas cosas pomposas. Incluso mi cumpleaños, ya no lo celebramos. Vosotros celebráis el Día Ching Hai, yo no. Pero está bien. El Día Ching Hai, os lo dije, es vuestro día. Podéis recordaros a vosotros mismos el salir y hacer cosas buenas para otras personas. Pero no os sintáis orgullosos, entonces está bien.

Porque el ego siempre intenta acaparar todas las felicitaciones, todo el crédito - ¡no! Todos deberíamos dar gracias a Dios y alabar a Dios porque tenemos la habilidad, tenemos la oportunidad de hacerlo; de que Dios nos permita hacer cosas buenas. Y deberíamos sentirnos felices porque otras personas estén felices por nuestros actos. Eso ya es suficiente. En el mundo a veces, para todos los demás, nosotros les animamos a seguir con su trabajo. Así que tenemos algunos premios, elogios, o cartas de agradecimiento. Pero todavía estoy considerando si deberíamos seguir haciendo eso o no. Lo pensaré. Le preguntaré al Cielo si deberíamos o no.

Por supuesto, las obras de caridad, siempre que podáis, como podáis para ayudar a otros en necesidad, deben continuar. Hoy en día nuestro mundo está de verdad muy, muy revuelto. Tantos refugiados de la “guerra de hambre”, por no hablar de la guerra real con armas. Pero la guerra de hambre, la guerra de sed, está matando de verdad a muchas, muchas, muchas personas, ancianos, niños en todo el mundo, en todas partes, incluso en algunos países poderosos, países ricos. He visto personas que están sin hogar, oprimidos, y mi corazón nunca puede sentir paz. Yo hago lo que puedo, por supuesto, sin informaros a vosotros. Antes, siempre que tenía dinero, se lo daba a la gente de la calle. Habría sido mejor si tuviese efectivo. Ahora no lo necesito porque estoy en retiro; no puedo ir a ningún sitio para dar.

Pero antes, a toda hora, siempre llevaba algo de dinero para poder darlo a la gente en la calle. O si veía a alguna familia pobre, o si me enteraba, iba a su casa y les daba algo para cubrir sus necesidades urgentes y algo más para el futuro. No es muy seguro llevar dinero encima, por supuesto, pero siempre voy con alguien y escondo bien el dinero. Solo si lo necesito, entonces lo saco. No es muy seguro hacer eso. Pero debido a mi corazón, me duele ver a otras personas necesitadas: caminando con los pies abrasados sobre el asfalto caliente de la carretera o con ropa hecha jirones- que no basta para protegerlos del viento frío. Y muchas otras cosas. O que los bancos de alimentos están vacíos, así que tengo que comprar comida y dársela. Todo esto, por supuesto, no lo sabéis.

Y cuando estoy en retiro, entonces tengo que decirles a otros que lo hagan, y eso pasará por los contadores, por supuesto. Pero no todo os informan. Recuerdo haber dicho a la mayoría: “Por favor, no lo digáis en público, solo id y hacedlo por mí”. Si conozco a alguien, lo llamo y le digo: “Ve y compra esto y aquello, y pide ayuda a tu familia o tus amigos. Ve donde sea posible en tu zona, o más lejos - tan lejos como puedas. Si el tiempo te lo permite y tu trabajo te lo permite para dar al banco de alimentos o a la gente, hazlo en silencio”. Así que no es que os diga que lo hagáis solos. Yo también estoy con vosotros, haciendo cosas con vosotros. Cualquier cosa buena que estéis haciendo para otros, si yo puedo, también estoy con vosotros. Somos un equipo. Aunque no sepáis que estoy haciendo algo, lo estoy haciendo. Soy miembro de vuestro equipo. Así que no olvidéis ayudar a otros si os lo podéis permitir, por favor. ¿Para qué vais a acumular vuestro dinero en cualquier sitio si no lo necesitáis? En el banco, por ejemplo.

Oh, ya no me gustan los bancos. Los bancos me dan muchos problemas. A veces, hay mucha burocracia. Si cambio mi dirección, o cambio mi pasaporte, entonces ellos causan muchos problemas. No me dejan dar dinero a otros, mediante un cheque ni siquiera con tarjetas de crédito. Lo han detenido todo. Quería enviar algo de dinero, solo 40.000 dólares a un refugio de personas-animales que lo necesita. Ellos me lo prohibieron. Dijeron que no se me permite. Y si le pido a algunos de mis discípulos, que solían guardarme el dinero antes, que lo envíen a mi banco, entonces ellos (el banco) no me dejan sacarlo. Por ejemplo, si es de Singapur, ¡me dicen que Singapur es un país musulmán! ¡Oh Dios mío! ¿Qué clase de persona ignorante es esa? ¿Cómo puede ser Singapur un país musulmán? Es increíble lo ignorantes que las personas del banco pueden ser. El propio director de mi banco - no quiero decir el nombre del banco. ¿O debería? No. No quiero hacer venganza.

Solo os digo que es una historia real que me ha ocurrido a mí. Y casi que me confiscaron todo el dinero en el banco. Así que no puedo usarlo para nada. Dije: ¿Puedo enviar este dinero a todos los demás sitios, como a las iglesias, los templos, los monjes, los sacerdotes de diferentes religiones? ¿Es posible o no?” Lo mismo: “¡No, no puede!” Sol quieren quedárselo, para hacer dinero para ellos. No les importa si mi dinero puede ayudar a otros o puede ayudar a instituciones religiosas. Eso es así de cierto. Porque no me gusta tener siempre dinero en el banco. También me gusta tener efectivo. O me gusta poder enviarlo a cualquier zona necesitada. Por eso a veces prefiero tener efectivo. Porque también doy a los sacerdotes - católicos, o musulmanes, o sacerdotes hindúes o monjes hindúes, monjes budistas – cualquiera que veo que tiene necesidad o es digno. Lo doy a los sacerdotes porque sé que los sacerdotes se lo darán a los pobres. Los sacerdotes católicos, los sacerdotes cristianos y los monjes budistas también tienen orfanatos o crían a personas-perro en el templo. Yo sé todo eso. Así que se lo doy.

También digo que ellos pueden usar algo para sus necesidades personales como zapatos o ropa de invierno. O a veces yo lo compro y se los envío a ellos. O les envío dinero y les digo: “He visto que sus zapatos están destrozados o muy gastados. Por favor, esto es para sus zapatos y algo extra para su ropa de invierno, porque aquí hace mucho frío”. Por ejemplo, algunos monjes, como los monjes tailandeses, monjes aulacenses (vietnamitas), viven en un país más frío; o viven en alguna zona pequeña, con una habitación pequeña para hacer su trabajo para los creyentes, para sus fieles, y no tienen bastante ropa, o no tienen dinero. Así que lo compro para enviárselo o envío el dinero mediante alguno de sus seguidores para que se lo lleve. Les digo: “Ve y compra esto y aquello para él, para ella, o pregúntale a él o ella lo que quiere y cómpraselo”.

Y no puedo enviar un cheque con eso - no llevo cheques conmigo a toda hora en el bolsillo. El dinero (efectivo) es muy cómodo. Así que no menosprecio el dinero. El dinero es muy importante, muy bueno. Si no lo usáis, si tenéis mucho de sobra, por favor sacadlo del banco y dádselo a otros que tienen necesidad desesperada. Dadles algo más de tiempo para estar vivos para que ellos, por casualidad, recuerden a Dios, recen a Dios y puedan ser elevados y bendecidos por ese mérito - si no en esta vida, entonces en la vida siguiente. Porque no todos ellos pueden ver al Maestro para liberarse. No, no todos ellos tienen esa suerte. Es más fácil tener la fortuna de ser rico; pero no es fácil tener la fortuna de conocer a un Maestro iluminado para que te libere. Me gusta el efectivo porque es muy práctico de usar. A veces vivo en países diferentes; voy por ahí y veo qué refugios de personas-animales, qué orfanatos necesitan dinero. Simplemente doy. Porque no quiero que sepan mi nombre. No quiero que sepan quién soy y todo eso. Por eso el efectivo es muy cómodo para mí, cuando no estoy en retiro, por supuesto.

Pero a veces el banco, oh… E incluso si iba a otro país, y quiero cambiar de banco, ellos no me lo permiten. Causan muchos problemas. Una vez fui a Canadá. Quería comprar una casa allí. Parecía muy bonito y quería quedarme en Canadá. Pero entonces el banco me lo impidió - mi banco. En aquella época estaba en España. Ellos me lo impidieron. Ese era otro banco. He tenido muchas malas experiencias con bancos: Un banco en Estados Unidos, un banco en España, un gran banco - bancos internacionales, bancos famosos, no bancos normales. Pensé que esta clase de bancos internacionales famosos tendrían buen servicio, fácil para mi vida. No es verdad. Y también los internacionalmente famosos de Alemania, Estados Unidos, España, Francia - oh, he probado toda clase de bancos. Me han causado muchos problemas, mucha burocracia.

Photo Caption: Una apariencia diferente no hace una amistad diferente

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