Los sacrificios de la Maestra por amor, parte 8 de 10

La más parlanchina era Laguna. Cada vez que me oía llamar a alguien o incluso gente caminando por la calle, "¡Laguna! Laguna, ¡aquí!" Y entonces Sunny empezaba, "¡Ven aquí!" Y Rainbow, “¡Hola!” Y Prajna decía, “Cállate.” “Cállate.” Y luego, todos los que no hablaban muy bien, "¡Cuac, cuac, cuac!" - todos juntos como una gran orquesta. Oh, terrible. Nunca podía hacerles callar. También tuvimos problemas con vecinos porque eran unos parlanchines. [...]