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Mi amor para ustedes, en el nombre de Jesús y en el nombre de Dios Todopoderoso. Es Navidad de nuevo, un año más, tan rápido. Y qué año que tuvimos. En fin, es tiempo de Navidad y deberíamos recordar de lo que se trata la Navidad. Es sobre nuestro Señor Jesús quien sacrificó todo por Sus discípulos y por el mundo. Y lo más importante es la compasión, el amor que Él expresó a todos Sus discípulos, al igual que a las personas que creyeron en Él en aquel tiempo. Eso es lo que hace al Señor Jesús ser recordado incluso todos estos miles de años, y que celebremos cada año en Su nombre. Lo que hizo Jesús no es solo físico. Él curó la ceguera, la ignorancia de Sus discípulos. Esta es la ceguera que muchos de nosotros tenemos porque no conocemos a Dios dentro. Jesús no solo alimentó la multitud, no solo curó al ciego físicamente, sino que también elevó el espíritu de Sus discípulos y de las personas de ese tiempo, para que ellos pudieran ver a Dios dentro. Porque Él nos ha dicho que el Reino de Dios está a la mano, el Reino de Dios está dentro de ti. Esa es otra cosa que necesita algo de guía y continua contemplación para realizar a Dios. Estoy aquí solo para recordaros el espíritu de la Navidad. No se trata todo de nosotros mismos, que hagamos una gran fiesta, cortemos millones de árboles jóvenes, matando a millones de animales, pavos – los inocentes. Ellos quieren vivir. Ellos quieren disfrutar de la vida. Ellos también quieren celebrar la Navidad en sus corazones. Pero nosotros acortamos sus vidas, apagamos la vida en ellos sin pensarlo dos veces. No quiero llorar ahora. Pienso en eso. Pensad en eso. No tenemos que matar a los pavos para celebrar el nacimiento de Cristo. Él nunca comió ningún producto de origen animal. Él era vegetariano. Él era del linaje de los esenios y ellos han sido vegetarianos todo el tiempo. Así que, si celebramos el nacimiento de Cristo, Navidad, deberíamos recordar todo esto. Sus enseñanzas son importantes. Si decimos que somos seguidores de Jesús, entonces deberíamos recordar las principales enseñanzas del Señor - es decir, la compasión, el amor por todos los seres. Así que, en ocasión de la celebración de Navidad, realmente, sinceramente, les deseo lo mejor. Pero. sobre todo, les deseo más iluminación. Les deseo más remembranza de las enseñanzas de Jesús y de todos los Maestros. Porque de eso es lo que se trata la religión: la enseñanza del Maestro. Y nosotros, los seguidores, deberíamos seguirlo verdaderamente no solo por escrito, no solo leyéndolo o cantándolo, sino aplicándolo, para que nuestro mundo se torne más digno del sacrificio de Jesucristo y de los sacrificios de todos los Maestros.
