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Programa / La Maestra Suprema Ching Hai (vegana) habla sobre los efectos nocivos de la carne

La Maestra Suprema Ching Hai (vegana) habla sobre los efectos nocivos de la carne. Parte 5 - Crueldad hacia nuestros amigos animales

2020-07-16
Idioma:English
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Respetamos todas las vidas del plan creativo de Dios. Podemos ver que todo lo vivo se resiste al sufrimiento, se resiste a la muerte. Así, cuando matamos o vemos que matan animales, ellos están sufriendo, y tratan de escapar. Eso significa que Dios los confiere el instinto de querer vivir. Así que si interferimos y los obligamos a morir, interferimos con la voluntad de Dios. Debemos tratar a cada ser como quisiéramos que nos trataran. Entonces nuestra vida estará bendecida de gracia, longevidad, y sabiduría.

¿Pero por qué tienen que hacer que los animales sufran tanto, tanto que trae lágrimas a nuestros ojos si sabemos sobre ello? Estoy tan asustada. No podía dormir. Sé que todo es efímero, e ilusión y todo eso. Pero para el ser que está implicado en ese momento, no es una ilusión. Es dolor real. La manera en que lo hacen, es tan inhumano, es tan inmoral. Es terrible. Así que está bien que no tengamos nada que ver con ello, nuestra conciencia está limpia. No vivimos solo por la comida. Tenemos que vivir por la conciencia, por sentirnos bien, y sentirnos felices y traer felicidad a todos también. No egoístamente tragar todo sin importar lo que sea y de dónde venga y cómo llegó allí.

Actualmente los ponen a todos en una fábrica, y los fuerzan con todo tipo de medicinas, a veces veneno, o antibióticos, etc. etc, o lo que sea que puedan hacer para forzar a las vacas a producir más leche de la que deberían. A veces producen tanta leche que ya no pueden soportarlo. Sus huesos están podridos y quebradizos y rotos. Esto es más que crueldad. Solo por la avaricia.

Cuando pensamos en cuánto sufren los animales en tal situación, hacinados en una fábrica, empujados a patadas, y con descargas eléctricas para que se levanten otra vez, para que sean aptos para ser sacrificados… Y el ternero solo se levanta, débil, privado de luz y de todo sólo para que su carne sea blanda y blanca, toda su vida así, y los sacrifican todo el tiempo. ¿Cómo tenemos corazón para continuar apoyando este tipo de crueldad?

Cuando llevan a la fuerza a los animales al matadero, ellos lloran de verdad. Son arrastrados. No quieren ir. Ellos intentan quedarse ahí. Ellos entienden. Cuando los llevas de paseo a la pradera a comer, salen contigo, no hay problema. Cuando los llevan al matadero… las cosas que hacen, no quiero hablar de ello. Es terrible, las cosas que les hacemos a los animales antes de que mueran.

Los horrores que toman lugar detrás de las granjas de fábrica, detrás de las paredes de la puerta de casas de masacres – no las llamo mataderos, las llamo “casas de masacre.” Detrás de las puertas de esas casas de masacre, hay acciones horroríficas ocurriendo. O si van al barco de pesca de masacre o al barco sangriento de ballena para atestiguarlo ellos mismos… ¿Me pregunto cómo cualquiera podría hacer esto para ganarse la vida?

Así que cuando nos forzamos a ver vídeos de crueldad animal, retrocedemos, nos encogemos, miramos a otro lado, lloramos, o gritamos. Tenemos pesadillas. No podemos soportar ver a la vaca, al cerdo, el cuello de la gallina perforado o rajado para que sangre hasta la muerte.

O el alimento a la fuerza de un ganso para foie gras, o subalimentar a propósito a un bebé becerro de ternera, de confinarlo para que tenga que mantener su carne tierna, para que no pueda ni siquiera mover su cuerpo por el resto de su tierna y corta vida. O el horrible destino de bebés pollos donde a las hembras se les corta sus tiernos picos mientras están colgando para abajo y los machos son triturados vivos o sofocados hasta la muerte, o la miseria sin fin o pánico de los cerdos, quienes son tan inteligentes y amorosos y limpios, y aun así forzados a estar hasta las rodillas en su propia suciedad y ahogándose en humos tóxicos de sus propios desechos y gritando debido a la locura. O las ovejas con huesos rotos por ser transportadas miles de millas a la casa de masacre. Alejamos la mirada porque no es nuestra naturaleza querer ser heridos, ni es nuestra naturaleza infligir daño y agonía o terror puro en otros.

Esta no es la manera en que Dios nos había destinado a vivir con nuestros co-habitantes. Esta no es la manera en que deberíamos actuar como hijos de Dios. Hemos sido realmente engañados a hacer todo esto, y degradándonos a nosotros mismos por ello a este nivel.

Aunque no tomemos parte directamente en esta matanza, aún somos responsables si comemos la carne o productos lácteos e incluso peces por esa razón. Incluso los huevos son producidos muy cruelmente. La leche, huevos, todos son muy cruelmente producidos. No podemos imaginar la crueldad que nosotros los humanos infligimos sobre los inocentes e inofensivos animales. Incluso solo un pequeño pollo como este, tan gorditos, monos, dulces.

Tenemos toda esta información en Supreme Master Television, si te preocupas por ver cómo los humanos tratan a los inocentes, inofensivos e indefensos animales. Incluso los peces, ya que son producidos con las mismas prácticas crueles que la carne, no deberíamos consumirlos. Si nos involucramos en cualquier nivel con las prácticas indescriptiblemente inhumanas de la industria animal, también llevamos la carga del asesinato de los animales – siento decirlo – indirectamente. Llevamos los asesinatos, el efecto.

Algunas personas dicen que si no puedes evitar la carne, entonces come tres tipos diferentes de carne pura como la carne que no sabes que matan, la carne que no escuchas sus llantos cuando son asesinados. Dios mío, ¿dónde vas para escuchar al animal llorar? Y la carne que no es asesinada especialmente para ti – por supuesto que no son asesinados especialmente para ti. No escriben en esa pieza de carne, “esto es para el Sr. Smith”. No, ¡claro que no! Son asesinados aleatoriamente fuera en algún lugar, fuera de tu vista. Y si no lo comes, la gente no mata. Es muy simple.

Nos gustaría concluir nuestro programa con un poema conmovedor por la Maestra Suprema Ching Hai titulada “¡Imagina que eres Tú!” originalmente escrita en inglés.
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